La Sociedad "Hijas del Corazón de María" fue fundada por Pedro José de Clorivière, s.j. y María Adelaida de Cicé, en París, Francia en 1791.
En 1785 el padre de Clorivière se encontraba como rector del Colegio eclesiástico en Dinán. Es allí, en Dinán donde, por designios de Dios, se dio el encuentro entre este Santo y audaz sacerdote y la Señorita María Adelaida de Cicé, una mujer bretona, destinada por el Señor para grandes obras.
Cerca de Dinán había un famoso balneario de aguas termales, el cual frecuentaba Adelaida por recomendación de su médico. Ella se hospedaba en el monasterio de las Ursulinas y pronto buscó la confesión con el Padre de Clorivière, capellán de dicho monasterio. El sacerdote pronto reconoció en Adelaida un alma entregada al Señor, humilde generosa, servidora de los pobres y dispuesta a cualquier noble empresa por el Reino de Dios.
Desde allí comenzó un largo camino de acompañamiento por parte del padre de Clorivière a esta joven piadosa que deseaba ardientemente encontrar la voluntad de Dios para su vida. En el transcurso de este acompañamiento, Adelaida le confía al Padre de Clorivière su sueño de una vida religiosa diferente a la existente en ese momento. Ella quería unir la vida contemplativa y la vida apostólica, al servicio de los más pobres, algo impensable en su época.
Se trataba de una vida religiosa sin hábito ni clausura, en consagración total al Señor por los votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia y al mismo tiempo, permanecer en medio del mundo para servir a los pobres, con todo tipo de obras apostólicas. El padre de Clorivière la escuchaba y la orientaba en su vida espiritual, animándola a esperar pacientemente la hora de Dios.